domingo, 8 de febrero de 2009

REPORTAJE / La Aconcagua con Israel Masa

El Cerro Aconcagua (6.959 metros), que emerge en la cordillera de los Andes, pude considerarse como "tierra de promisión" para los montañeros y la gente que ama y vive la montaña, debido a sus descomunales crestas o picos donde el ser humano puede contemplar, tocar y acariciar todo lo inimaginable. Allí uno puede colmar sus ansias de aventura y estar más próximo al ser supremo que las hizo, pisando la nieve y entre los vientos y las cascadas de hielo. También es el lugar donde uno puede sentirse como los dioses de la mitología griega, Heracles o Urano y al lado de Helios.
Antonio Martinez. / El Cerro Aconcagua es uno de los lugares de esa "tierra de promisión" que apasionan y que por lo tanto bien merecen una aventura. Es la mayor altura de América y también del mundo, exceptuando las de Himalaya. Además, está guardado por los Valles de Las Vacas y de los Horcones, reservados para la belleza de la naturaleza.
UNA VIDA CON VOCACIÓN MONTAÑERA. Israel Masa, profesor en el IES "La Litera" de Tamarite, comenzó su actividad montañera en Salamanca en cuya Universidad cursó sus estudios de Biología (1980). De manera "más seria", en 1993, continuó en el club Montañeros de Aragón de Barbastro. Allí realizó cursos de iniciación al montañismo, participó en escaladas, esquí de travesía y alpinismo, "siendo en las montañas pirenaicas donde descubro la pasión de este deporte y donde siempre hay cimas por ascender y paisajes maravillosos por descubrir cada fin de semana".
Según Israel, residente en Monzón, su pasión montañera y de viajar "acabaron coincidiendo" con la oportunidad de ir a Perú (1996) y realizar la ascensión al Nevado Pisco, "descubriendo nuevas sensaciones en la alta montaña y superando por primera vez la barrera de los 5.700 metros". Después vendrían las expediciones a los Alpes (Mont Blanc), y en Italia el macizo de los Dolomitas, incluyendo también la "Marmolada".
Ecuador fue otro punto de encuentro con las cumbres y con a su compañero de "fatigas", José Antonio Zugasti, emprendió una ruta encadenada con las ascensiones al Iliniza Norte (5.126 metros), Cotopaxi (5.897 metros), Tungurahua (5.023 metros), y la cumbre más alta de este país, el Chimborazo (6.310 metros). En el año 2004, el viaje fue a Tanzania, con su esposa Esmeralda, llevó a la cumbre del mítico punto más alto de África, el Kilimanjaro.
PASEO POR EL ACONCAGUA CON ISRAEL MASA. El Aconcagua se ha convertido en el equivalente a los auténticos santuarios del Himalaya con el más alto de todos, el majestuoso y enigmático Everest o el K-2. Con sus 6.962 metros, es el más alto de toda América por lo que bien merece un visita de esfuerzo que al final del camino -es decir, en lo alto-, se convierte de alguna forma en espiritual.
El pasado mes de enero, Israel Masa fue elegido para afrontar la aventura de la cordillera andina con un grupo formado por diez montañeros, entre los que figuraban Fernando Garrido y Pedro Arceredillo. Todos emprendieron el camino hacia el techo del "mundo americano", en la provincia argentina de Mendoza que, al igual que Katmandú, lugar del que puede decirse que es gran mercado montañero ya que se ha constituido como punto de encuentro y de partida. Según señala Masa, "es una montaña extremadamente dura por su altura y por sus condiciones climatológicas de frío y viento, que da pocas opciones para alcanzar la cumbre y es que alrededor de un 70 por ciento no tienen éxito".
En el Aconcagua chocan todos los frentes del Pacífico y del Antártico provocando el "viento blanco". "Se requiere una larga aproximación y un gran trabajo de aclimatación y preparación de los campos de altura". En el "gran paseo", primero se encuentra el Parque Nacional del Aconcagua y después en campamento intermedio de Confluencia. Tras diez horas de marcha hasta Plaza Mulas, viene el Cerro Bonete (5.005 metros), el campo I en el "Nido de Cóndores, y el II en el "Berlín". Trabajos, acarreos, comidas y planes dentro de las tiendas se suceden hasta tomar la decisión final de salir y subir. Hay que atacar la cumbre y la "situación es tensa pues durante esos días se han producido varios accidentes mortales en la cumbre".
Nieves y ventiscas en los campos base, y poco antes del Alba, con todo en calma, con el sol alumbrando el día, "nueve horas de ascensión extenuante. Sólo tres de nuestros compañeros han tenido que abandonar el intento, pero podemos considerar que la expedición ha sido un gran éxito".
Israel Masa contempla las "digitales" de la senda hasta el Aconcagua. "Ahora nos queda el recuerdo de un duro trabajo que nos ha permitido alcanzar una cumbre mítica, disfrutar del éxito con el agradecimiento a Montañeros de Aragón de Barbastro por su apoyo y a los amigos por su experiencia y consejos que nos han ayudado aquí y a empezar a pensar en otros objetivos".
El epílogo para este paseo por el Aconcagua podría ser el siguiente: "Se alcanza el éxito convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso" (C. C. Cortés).