viernes, 27 de noviembre de 2009

BALONCESTO: Cosehisa vuelve a sus orígenes

Las obras del rocódromo en Los Olímpicos le obligan a entrenarse en el mítico Saludas.
Es como meterse en el túnel del tiempo y aparecer ocho temporadas atrás(hasta la 2001-2002), con Sito Alonso en el banquillo y Esteban Martinez, Miki Blanca, David Viñas, Miranda, Marca y un largo etcétera en el parquet, donde los vimos jugar ante la bomba Navarro y un flacucho Pau Gasol que movió a la risa a más de un aficionado(con la ventana del tiempo hay que convenir que los de la risa no tuvieron precisamente buen ojo), o de Eurobric 2000 jugando en primera nacional con vascas, riojanas y navarras. Por allí pasaron hasta cuatro campeones del mundo júnior. El mismo parquet resbaladizo, la misma luz mortecina(eso nos parece ahora), pero sin canastas que devuelvan a la vida a un campo central que vivió las primeras siete temporadas en liga EBA con victorias en el historial ante todos los mejores equipos de la época. No es difícil oír todavía a los fantasmas de tantas batallas y mil imágenes se agolpan frescas en la memoria. Todos los sentidos se reactivan, y hasta la publicidad contribuye a meterse de nuevo en el Saludas como el que descubre un yacimiento rico en fósiles que te cuenta con detalle una época entera.
Si el rocódromo ya obligaba a entrenarse en pista lateral desde hace varias semanas, el proceso de encementado ha puesto a COSEHISA en el túnel del tiempo del Saludas, y a los equipos de base, como solución de emergencia en los huecos horarios existentes para mantener la preparación en plena competición. La inexistencia de canastas que permitan usar la pista central(¿no habrá sido un error el deshacerse del material adquirido en una subasta en el año 96 y de las canastas colgantes?) ha llevado a una situación que no deja de ser histórica. Para los equipos de base es volver a la vieja pista de práctica “de toda la vida”, en la que a fuerza de costumbre nadie reparaba en el peligro de dejar tu testa contra las barras de sujeción de la canasta o contra la pared. Para el primer equipo es una novedad total porque nunca se entrenó fuera de la pista central. Era una cuestión de sensaciones adaptadas al lugar concreto de competición, de medidas (la lateral no cumple las dimensiones mínimas) y de seguridad. Pero siempre hay una primera vez.