viernes, 14 de diciembre de 2007

FÚTBOL: La Escuela River estuvo en La Romareda

Remitido por la Escuela de Fútbol River... El día 9 de diciembre nos hemos ido de excursión a Zaragoza. Por la mañana hemos visitado la exposición con motivo del 75 Aniversario del Real Zaragoza. "!Qué golazo de Nayim!." "¿Y ese portero que se la traga? ¿jugó en la selección inglesa?. No me extraña que no ganen nada." "¿Y con esos balones cosidos jugaban?, si parecen de voleibol" "Pues los de colorines de ahora se los lleva el aire, como los Tango no ha habido otros balones." "Este balón firmado por todos los jugadores fue el de la victoria en la Copa del rey de 2.004 contra el Real Madrid con gol de Galletti a César, entonces con los merengues. No se volvió a utilizar más por las protestas de los jugadores por los extraños que hacía". "Las botas de Belsué y de Aragón ya se parecen a las de ahora, pero con éstas de hace cincuenta años, ¿cómo podían jugar?".
A las dos de la tarde al parque a comer el bocadillo y a La Romareda, a ver la llegada de los jugadores. Primero llega el autobús del Español y varias decenas de incondicionales les reciben. Diez minutos más tarde el Zaragoza, y con bufandas, bocinas y pancarta, a animar más que los pericos, que para éso jugamos en casa. Nos hacemos fotos con varios de ellos, que son buena gente. Y al campo. Nos colocamos en una esquina, junto a la salida de los vestuarios. !Qué gozada de césped!. Ahí sí que nos gustaría jugar. Quién sabe, algún día... Qué caramba, soñar no cuesta dinero... y alguna vez los sueños se hacen realidad. Blas jugó en este campo muchos partidos con el Deportivo Aragón y alguno de Copa con el Real Zaragoza. Cómo corría la banda. Extendemos la pancarta y esperamos con impaciencia que los jugadores salgan a calentar. No juega Oliveira de principio. Adri dice que López Vallejo tendría que jugar, que es mejor que César. Se va llenando el campo, y no hace frío. No son necesarios los gorros, y las bufandas sólo para animar. Vaya planta tiene Kameni, y Riera, y Moisés, y Tamudo... éste no, sin pasarse, que éste es bajito; pero qué bueno es. Cuando ves uno pequeño jugando con tanto grandullón, casi seguro que es el mejor. Se llevó el aplauso de todo el campo cuando lo cambiaron, no sabemos si por reconocimiento al partido jugado y al golazo que metió, o por lo contentos que nos pusimos porque ya no nos podría meter otro.
Empezó el partido, y antes de los 5 minutos, desmarque de Diego Milito, pase de D´Alessandro al hueco, y 1-0, por debajo de las piernas de Kameni. Banderas y bufandas al viento, y Jacinto que dice que hoy ganamos seguro. Dos minutos después, falta en la línea de medios, Tamudo que se desmarca hacia fuera, nadie lo sigue y la pelota que le llega, la baja con el pecho, y con todo el tiempo del mundo para pensar, le dice a César que por donde la quiere y la coloca en la escuadra contraria. Diez minutos más tarde, Riera ya se le había ido dos veces a Diogo, y una vez Valdo y otra Zabaleta habían puesto el 1-3. Un cuarto de hora y cuatro goles. Suerte que habíamos llegado puntuales. Jacinto ya duda. El público que la toma con Diogo. Y el Español que cada vez que recupera la pelota nos mete el miedo en el cuerpo. Aimar y D'Alessandro la piden, pero no les sale, y la afición se impacienta. Habría que meter un gol antes del descanso, pero no llega. Parece que nos enfriamos, pero alguien descubre en un palco detrás nuestro a Pavón, Generelo y Cuartero. Un boli, quién tiene un boli, que tenemos que pillar unos autógrafos. Llega el descanso y todos a la caza. Empieza la segunda parte y no nos han firmado a todos. Olaya y Martín se hacen unas fotos con Pavón y Generelo y cómo presumen luego en el autobús. Se cansan y dicen que ya vale, que hay que ver el partido. Pero no nos resignamos. Que venimos poco y hay que aprovechar la ocasión. Julio se disculpa y los jugadores lo entienden. Y nos firman a todos. Unos tíos majos. A partir de ahora pediremos que jueguen más. A Luccin lo expulsan por doble amarilla y se quita la camiseta antes de salir del campo. En la Escuela nos dicen que éso no está bien. Las dudas de Jacinto empiezan a despejarse: no sé si hemos elegido un buen día. Entra Oliveira por Diogo y Víctor da instrucciones desde la banda para que se juegue con tres defensas. A partir de aquí la figura de Ayala se agranda. Dos cambios juntos, Óscar y Celades por D'Alessandro y Aimar (los ex del River no han tenido hoy su mejor día). Y Celades da una lección de criterio y buen juego en el centro del campo. Menotti dijo que si en el centro del campo un jugador da más de tres toques es que hay un problema, en el jugador o en el equipo. Y Celades, que por algo es de la escuela de Cruyff, lo interpreta a la perfección. Control y pase, la pelota que empieza a correr, el Zaragoza que pasa a dominar el partido y a crear ocasiones. Milito que se ofrece, Sergio García que abre el campo por la derecha y Paredes que sube la banda por la izquierda. Pero el gol no llega y el Espanyol, confiado,da el partido por ganado. Retira a Tamudo y después a Riera. Y cuando ya nos resignábamos casi todos, Milito (éste todavía no), desbordó por la derecha y cruzó el balón a la izquierda donde Oliveira puso el 2-3. Milito que fue a felicitarle y debió de decirle aquello de que si metes un gol disfruta uno y si das un pase de gol, disfrutan dos. Corremos a cambiar la chaqueta de la resignación por la de la esperanza. Quedan cinco minutos y hasta Jacinto recupera las dudas. La Romareda ruge, el Zaragoza empuja, y ya estamos todos de pie. La vuelve a coger Milito por la derecha, centra y Oliveira de volea empata el partido. Los asientos son fuertes porque estamos saltando de pie y no se rompen. Todos adelante, a ganar. Rechace de la defensa del Espanyol y contraataque. Tres de ellos por dos de los nuestros. Apertura a la derecha y cuando ya no queríamos mirar, pase al otro lado donde entraba solo Coro. El linier (perdón, asistente se llama ahora) levanta la bandera y casi lo nombramos hijo predilecto. !Vaya sofoco!. Que pongan la repetición, que la jugada ha sido muy rápida y no nos ha dado tiempo a saber si la pelota iba por delante o por detrás del jugador. Esto de arbitrar no parece tan fácil. Todavía hacemos un último intento, pero el árbitro dice que ya vale y todos lo celebramos como una victoria. Menos los del Espanyol que se les ha quedado cara de haba. Hay espacio hasta para los tópicos; a elegir: "Hasta el rabo todo es toro", "Con diez se juega mejor que con once", "hasta que el árbitro pita el final no se acaba el partido".
Recogemos la pancarta, salimos del campo y al autobús. Satisfacción general. Buen tiempo, buen partido y alegría final. Pregunta la muchachada si volveremos más veces, que le hemos cogido gustillo.