viernes, 3 de julio de 2009

MONTAÑA: Adrián y Raúl ya están en casa

El Club Montisonense de Montaña ofreció ayer una cálida recepción a Raúl Martínez y Adrián Uclés, la pareja de deportistas locales que coronó la cima del monte McKinley, también denominadoo Denali (Alaska, 6.194 metros) el 17 de junio. Corrió el cava y hubo abrazos emotivos. "Nos alegramos de que llegarais arriba, por supuesto, pero mucho más de veros enteros", les corearon los amigos. Para Adrián, el Denali representa su techo como montañero. Martínez, con experiencia himalayista, tiene en su haber un "ochomil": el Nanga Parbat. Aunque no hay nada atado en firme, barajan planes para organizar una expedición con meta en un seismil "virgen".
Uclés señaló los cinco días de arrastre del trineo de cien kilos de peso como la parte más dura de la aventura ("se iba para todos los lados y no había manera de avanzar con ritmo"), y Martínez mencionó el peligro potencial de las tormentas de Alaska como variable a tener en cuenta ("aunque no las sufrimos, me di cuenta de que un temporal allí debe ser cosa seria"). El guión que habían escrito en casa se cumplió a la perfección, sin sobresaltos. "Tuvimos suerte con el tiempo. El termómetro no pasó de los 20 grados bajo cero y el viento, que a veces llega a los 150 kilómetros por hora, también nos respetó", resumió Raúl.
Después de once horas de ataque en compañía de unos austriacos (la alianza conformó una cordada más fuerte y segura), alcanzaron la cima a las 18,30 horas. No tuvieron que pensar en el anochecer porque en Alaska reina la luz las 24 horas del día. En cualquier caso, aceleraron el descenso ante la amenaza de una tormenta que se estaba gestando. Sin quitarle importancia a la montaña reina de América del Norte, admitieron que todo había sido menos complicado de lo previsto. Los colegas del Club Montisonense les felicitaron con mirada de "envidia montañera".